martes, 28 de abril de 2009

Noventa centímetros


Lunes, 21:50 , poco trabajo, suena mi celular, es un amigo entrañable, un pibe de 23 años laburador como pocos, compañero de bajada de bandera, cómplice de la noche montevideana.

Yo: "Que hacés, fulano"

El: "Mal, me chocaron"

Yo: " Estoy a 5 minutos, ya voy"


Fueron cinco minutos o quinientos, no lo sé, cuando llego lo veo parado al lado del "semi-taxi", sólo tiene un golpe en la cadera, nada importante. Se lo llevó puesto un conductor que se saltó un ceda el paso; viajaba en su flamante auto junto a su familia y lo peor de todo es que decía que el pasaba muy seguido por ahí ( como si tuviese derecho por tránsito asiduo).

Mi compañero se queda sin trabajar, sin llevar el pan a su casa por un inconsciente, y casi sin piernas por noventa centímetros.


A quien corresponda: Ya está bien de cebarse con los trabajadores del volante, de usarnos de conejillos de indias para la libreta por puntos, de tantas y tantas cosas incomprensibles en el tránsito diario, de que no haya presencia policial preventiva. Basta ya de ese afán recaudatorio de la administración de turno, de autos que se caen a pedazos y circulan libremente sin ninguna seguridad, de los carros sin luces a contramano manejados por chiquilines que no pasan los doce años, no entiendo porqué nos exigen el certificado de "buena conducta" cuando nos tratan como delincuentes en potencia, carajo!!!!.


Hoy lo llamé, está bien aunque un poco dolorido, lo importante es que está

1 comentario:

Unknown dijo...

siempre duele el dolor de un amigo,te entiendo y que suerte tiene de tener un amigo como vos.