miércoles, 22 de abril de 2009

Copacabana


La noche cerrada cae sobre mi taxi; lo estaciono y le digo hasta mañana, o hasta nunca. Entro en el bar de siempre y la rubia de siempre me espera en el mostrador; esa que siempre se va conmigo y con cualquiera que la pida. Repaso la jornada, mas de 30 viajes, mas de 30 historias, algunas contadas, otras adivinadas a traves del espejo; me quedo con la parejita que me tomo en Rivera y Rio de la Plata, 2 de la madrugada, destino Copacabana. Las luces de Rivera me hacian guiños complices mientras en mi espejo se comian a besos; mi taxi volaba en la soledad del asfalto y en el asiento de atras el tiempo se detuvo... llegamos y ellos no se dieron ni cuenta, seguian comiendose la piel, intercambiandola... me baje y tomamos unos mates con el portero... ellos tenian la urgencia de las caricias y se las intercambiaban en el asiento de atras sin darse cuenta de que habiamos llegado, no les importaba, no tenian nocion del tiempo; creo que en ese momento necesitaban el asiento de atras de mi taxi. Y despues ya se sabe, se bajaron, el pagó con manos temblorosas, ella no dejaba de mirarlo, y yo sali entre portones grises que escondian historias de amor, o solo de sexo, o también de sexo, vaya usted a saber... por casualidad o por causalidad, en la 90. 3 sonaba " Copacabana"

No hay comentarios: