martes, 28 de julio de 2009

Hasta siempre compañero...(y 2)


Me llamaron del hospital diciéndome que lo fuera a buscar, que él quería morir con el libre prendido.Cuando me vió encendió la baliza, hizo cambio de luces y me abrió la puerta; le costó arrancar, pero salimos de allí como pudimos,haciéndome prometerle que nunca más sus cubiertas pisarían un taller.
Prendí el libre, levanté la bandera y no puse la radio, quería escuchar su corazón con olor a gas-oil; interpretar los sentimientos de quien se sabe agonizando y aún así prefiere tener un final digno, en la calle, llevando al que llega tarde a trabajar,o al que llega demasiado temprano a su primera cita.
El destello de la gomina del tipo casi no me deja ver la mano levantada, sin decir ni buenas tardes(sic) me indica Av. Brasil y Berro. Traje de marca ( me pareció de "Adolfo Domínguez"), corbata "Lester" de seda natural, la camisa tenía el toque personal de "Gucci"; y el perfume inconfundible:"Loewe".El pasajero sumergido en su "Palm" no percibía lo que estaba a punto de ocurrir, a la altura de Soca y Bartolito Mitre el volante empezó a temblar, por el espejo ví una humareda negra que no era normal, el acelerador casi no respondía; gracias al freno de mano pudimos llegar al destino,me pagó y se bajó sin cruzar palabra, ajeno a lo que su viaje significaba para mi fiel compañero.

Abrí la puerta y sentí un rechinar que me dió escalofríos, una vez abajo lo miré de frente y sus ojos tenían las luces muy tenues. Me subí y me susurró que lo llevara un par de cuadras más, que quería ver la rambla, poco antes de llegar a Benito Blanco(a la derecha, antes de la parada de taxi) no pudo más, en "punto muerto" lo estacioné como pude, bajé el libre y caminé hacia la rambla. El sonido de una bocina me hizo girar la cabeza, con un cambio de luces se despidió y levantó la bandera en un último esfuerzo, en lugar de "libre" se podía leer "GRACIAS".

2 comentarios:

Raúl Paulís dijo...

...y en la rambla busqué alguien que vendiera bufandas para el corazón...

Unknown dijo...

todos los finales son tristes.... lo bueno es que se pueden superar. Por cierto, las bufandas para el corazón, las venden en la peatonal sarandi.